Acerca del uso interno de los aceites esenciales

Jose Rivas, NCCA, MIFA

Jose Rivas, NCCA, MIFA

Aromaterapeuta Clínico Certificado
Especialista en Medicina Aromática

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Es usual que hoy en día nos encontremos en línea, recomendaciones del uso interno de los aceites esenciales; todo en un contexto desprovisto de seguridad, sin tomar en cuenta las múltiples variables que pueden influir al usar/sugerir esta vía de administración.

Existe una confusión muy grande que llana el terreno para el surgimiento de mitos o falsas verdades en cuanto al uso interno de los aceites esenciales, considerándolos como sustancias inocuas (inofensivas) y realmente no lo son.

El término aceite esencial en sí mismo puede resultar un poco engañoso, en realidad no son aceites, tienen afinidad con el aceite y se comportan como tal en su relación con el agua, son hidrofóbicos. Se llaman esenciales, pero no son esenciales para el humano (no moriremos si no los usamos), pero si son esenciales para los procesos bioquímicos de la planta de la cual se extrajeron. En su mayoría son más livianos que el agua, por lo que flotarán en la superficie o, en algunos casos, donde son más pesados ​​y densos que el agua, el aceite esencial se hundirá (por ejemplo, el vetiver, clavo y la mirra).

Los aceites esenciales son sustancias altamente concentradas que se extrajeron de las plantas, de alguna o varias partes de la planta, aquellas que tengan suficientes unidades secretoras para ser extraías, así también encontramos plantas que producen aceite en más de un sitio, como el naranjo amargo que produce aceite en sus hojas, frutos y en las flores del fruto.

Por ejemplo:

  • Se necesitan de 2500 a 4000 kg de pétalos de rosa para producir 1 kg de aceite esencial.
  • Se necesitan 1,4 kg de lavanda fresca para producir 15 ml de aceite esencial de lavanda.
  • Una gota de aceite esencial equivale a 15-40 tazas de té medicinal o hasta 10 cucharaditas de tintura (Krumbeck 2014).
  • Una gota de aceite esencial de menta equivale a más de 25 tazas de té de menta.

Lo anterior quiere decir que se debe de tener especial cuidado al usar/sugerir aceites esenciales, se requiere de un entrenamiento y debido a su poder de concentración es que debemos usarlos con cautela. 

En términos de contacto con la piel, por lo tanto, debe recordarse que los aceites esenciales por sí solos no son emolientes, ciertamente no tienen una textura ‘aceitosa’. Esta es la razón por la cual los aceites esenciales siempre deben dosificarse en un medio emulsionante antes de agregarlos a un baño (el agua en sí reseca mucho la piel, lo que puede exacerbar la irritación), y nunca deben agregarse al agua y consumirse internamente, ya que esto es prácticamente lo mismo que consumirlos puros (el agua no ofrece protección al revestimiento de la membrana mucosa o del estómago).

Al ser altamente volátiles, los componentes de los aceites esenciales se vaporizan rápidamente a medida que se unen a la humedad dentro de la piel y la atmósfera circundante. Aplicados puros sobre la piel, son, por lo tanto, secantes y potencialmente irritantes y sensibilizantes, por lo que deben dispersarse en un medio portador emulsionante adecuado antes de aplicarlos en el cuerpo; por ejemplo, en aceite vegetal, crema, loción, ungüento o gel. Ciertas moléculas de aceite esencial pueden unirse a las proteínas dentro de la piel y pueden instigar una reacción alérgica (ya sea que se apliquen puras o en un medio portador).

Los aceites esenciales no deben tomarse internamente a menos que los recete y los administre un médico de atención primaria, un farmacéutico o un herbolario que también sea un profesional de aceites esenciales capacitado y calificado; no recomendamos el uso interno de aceites esenciales en ninguna otra circunstancia, ya sea a través de medios orales, rectales o vaginales. Consulte a continuación las implicaciones legales de la ingestión de aceites esenciales.

No recomendamos la capacitación proveniente de empresas proveedoras de aceites esenciales, en mi experiencia he visto como exaltan las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales (innegables), pero minimizan la seguridad, creando una falsa sensación de seguridad en las personas, haciéndoles creer que son sustancias inofensivas y siempre recuerda esto: la diferencia entre un remedio y un veneno es la dosis. La dosis debe ser calculada para cada individuo de acuerdo con su edad, peso, contextura, afección(es) subyacentes, medicamentos que la persona esté utilizando y el estado general de salud del individuo. Cada día que hago revisiones de mezclas de aceites esenciales a las empresas, noto como incluyen aceites esenciales teratogénicos, carcinogénicos, tóxicos, irritantes, etc. Esto me ha llevado a pensar si lo hacen por ignorancia, o con pleno conocimiento de causa, pero movidos por el dinero.

Ingestión

Existen numerosos factores contribuyentes de precaución que se deben tener en cuenta al ingerir aceites esenciales, ya sea por vía oral, por el recto o la vagina. Es probable que cuando se administre por vía oral, el 100 % del aceite esencial ingerido se absorba en el sistema interno del cuerpo (a diferencia de la absorción cutánea, donde la epidermis actúa como una barrera semiporosa), por lo que la dosis es muy significativa. Los aceites esenciales nunca deben tragarse solos porque pueden causar una irritación grave de las membranas mucosas.

Aunque los aceites esenciales se metabolizan y se eliminan o excretan del cuerpo con bastante rapidez, existe un mayor riesgo de causar daño renal (riñón) y hepático (hígado) e irritación interna a otros órganos accesorios del sistema digestivo. Algunos aceites esenciales son toxinas orales.

Se asocia además un riesgo a la ingestión de los aceites esenciales que proviene de la interacción que se puede generar en procesos químicos enzimáticos cuando además de ingerir aceites esenciales, una persona está tomando algún tratamiento, estas interacciones en muchos casos no se limitan al uso interno. Por ejemplo, el aceite esencial de abedul dulce o de gaulteria nunca debe administrarse internamente si una persona también está tomando warfarina, ya que estos aceites esenciales aumentan peligrosamente el potencial anticoagulante de la warfarina y otros medicamentos anticoagulantes. En otros ejemplos, Tisserand y Young (2014 p 58) advierten sobre una posible incompatibilidad entre la ingestión oral de aceites esenciales de manzanilla alemana (azul), ciprés (azul), absoluto de jazmín sambac y sándalo y antidepresivos tricíclicos, como imipramina y amitriptilina, u opiáceos como la codeína, porque estos aceites esenciales pueden potenciar la acción de estos fármacos y otros sustratos de CYP1A2, CYP2C9, CYP2D6, CYP3A4 (inhalación y aplicación cutánea tópica de manzanilla azul, salvia y milenrama también pueden potenciar la acción de los fármacos sustrato de CYP2D6).

“Si usted suministra o hace publicidad para suministrar aceites esenciales, o cualquier producto de consumo, al público en general con la intención de que sea ingerido, entonces ese producto cumplirá la definición de ‘alimento’ a menos que cumpla con los definición de ‘medicamento’. – este es un punto en el que muy pocas personas reflexionan, si revisamos la etiqueta de los aceites esenciales encontraremos leyendas del tipo: uso externo exclusivamente, usualmente un vendedor poco capacitado puede decirte: ¡Si se pueden tomar!, esto no es cierto… ¿te preguntaste alguna vez que pasaría si hay una reacción adversa por tomar un aceite esencial, que claramente está etiquetado para uso externo?, ¿piensas que la empresa proveedora de aceites esenciales asumirá su responsabilidad?, o el juez dirá: esto es una mala práctica, la etiqueta claramente dice: USO EXTERNO. Imagina en este contexto que alguien te dice que puedes tomar cloro o detergente para ropa ¿lo harías? – entonces tampoco deberías hacerlo con los aceites esenciales.

¿Pero los aceites esenciales no se toman internamente a veces?

Sí. Por ejemplo, estoy formalmente capacitado en aromaterapia y el uso interno de aceites esenciales. Sin duda, hay una serie de aplicaciones beneficiosas para el uso interno de los aceites esenciales para aquellos que están debidamente informados sobre el uso interno. Los aceites esenciales también se utilizan en la industria de alimentos y saborizantes. Si le gustan los dulces de menta, por ejemplo, existe la posibilidad de que los dulces hayan sido aromatizados naturalmente con una pequeña cantidad de aceite esencial de menta.

Sin embargo, el uso interno de aceites esenciales para aplicaciones terapéuticas o culinarias requiere mucho más cuidado, conocimiento y experiencia de lo que muchas personas creen.

Los aceites esenciales son altamente concentrados. Existen muchos riesgos al ingerir aceites esenciales sin la educación adecuada o sin estar bajo el cuidado de un aromaterapeuta debidamente capacitado que tenga educación y experiencia en el uso interno de aceites esenciales.

Por lo tanto, no recomiendo ingerir aceites esenciales de ningún tipo a menos que esté bajo la guía de un aromaterapeuta calificado o haya recibido la capacitación adecuada.

Para ayudar a respaldar este importante punto, citaré una declaración que se encuentra en la segunda edición de Essential Oil Safety escrita por los expertos y educadores en aromaterapia Robert Tisserand y Rodney Young. Recomiendan lo siguiente: “… solo los médicos que están calificados para diagnosticar, capacitados para sopesar los riesgos contra los beneficios y que tienen conocimiento de la farmacología de los aceites esenciales deben prescribir aceites esenciales para administración oral”. [Tisserand y Young, Essential Oil Safety (Segunda edición. Reino Unido: Churchill Livingstone Elsevier, 2014), 50.]

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¿Está bien agregar aceites esenciales a mi agua potable? ¿Solo una gota?

¡Definitivamente NO! – acabamos de mencionar que los aceites esenciales no se diluyen en agua, para lograr que se mezclen se debe utilizar un medio emulsificante, es decir, una solución que ayude a unir el agua y el aceite reduciendo la tensión superficial entre dos sustancias.

¿ya mencioné que la boca, el esófago y el estómago son mucosas? – los aceites esenciales son potenciales irritantes de la piel, pero también de las mucosas y no me extrañaría que un tiempo después de tomar tu agua para “impulsar tu sistema inmune” o “desintoxicar” sientas malestares donde antes no había. ¡y peor! Si te asesora un vendedor ávido de ingresos, te prescribirá de forma ilegal otros tantos aceites esenciales para aliviar ese malestar.

¿Qué puedo hacer en su lugar entonces?

Puedes agregar unas hojitas de menta fresca a tu agua, puedes añadir unas rebanadas de limón (fruta) a tu botella de agua, esto ayudará a infundir un poco de sabor y frescura, si esto es importante para ti. Muchas personas toman Aceite esencial de limón para “mejorar su hidratación” sin saber que el aceite esencial de limón tiene un efecto diurético (aumentará tu necesidad de orinar) y pues estarás tomando más agua, pero es como querer hidratar un “colador”.

¿Qué hay del orégano para matar “bichos”?

Esta es por lo general una muy buena opción y quizás la primera cuando se trata de sugerencias que derivan de personas con poco entrenamiento, es generalmente bien aceptado por el consumidor desinformado. Demos un vistazo al orégano: inhibe la coagulación de la sangre (esto quiere decir que no se puede usar ni antes ni después de una cirugía por el riesgo de sangrado); embriotoxicidad (si está o planea quedar embarazada o ya lo está y no lo sabes podría ser una mala idea); irritación de la piel y de las mucosas (boca, esófago, estómago); está contraindicado en embarazo y lactancia.

¿Ahora que hago?

Siempre vamos a sugerir que discuta sus necesidades con un aromaterapeuta totalmente calificado y si piensa usar la vía interna, busque uno debidamente capacitado en medicina aromática y/o uso interno de los aceites esenciales. No siga los consejos de “radio pasillo”, si tiene dudas, consulte a su médico (un aromaterapeuta ético se pondrá en contacto con su médico de cabecera para participarle de las decisiones acerca de su cliente).